En las Maldivas encontramos diferentes tipos de islas: las locales, las de resort y las deshabitadas.
Los vuelos internacionales llegan a Malé, la capital, aunque también hay pequeños aeropuertos en algunas islas locales.
Para moverse entre ellas se puede hacer en ferries, lanchas rápidas, hidroaviones o aviones domésticos, dependiendo de la isla.
Nosotros fuimos a una isla resort, por lo que tuvimos que usar el método de transporte privado de cada hotel (no ferries locales).
Si el resort no está muy alejado de Malé, te ofrecen ir en lancha rápida, pero si está un poco más alejado, puede haber la opción de ir en lancha o solo en hidroavión. Incluso, si el resort está muy alejado de Malé, podrías ir a otro aeropuerto de otra isla local y coger la lancha rápida desde allí.
Nosotros escogimos la opción de ir en hidroavión porque nos hacía ilusión subir a uno.
Los vuelos en hidroavión son caros y, algunas veces, no están incluidos en el precio de la habitación. El precio depende del tiempo de viaje hasta el resort, pero no baja de 300 € (por persona, viaje de ida y vuelta).
Si llegas después de las 15:30 y vas a un resort, tendrás que pasar una noche en Malé, ya que no operan los traslados a partir de esa hora.
La compañía del hidroavión es Trans Maldivian.
Nada más salir por la terminal de llegadas te encuentras con los mostradores de Trans Maldivian para hacer el check-in.
Si lo has reservado con un resort, te estarán esperando en la zona de llegadas y ellos mismos te llevarán al check-in. Allí te pasarán las maletas y el equipaje de mano, y te darán la tarjeta de embarque. El peso máximo es de 25 kilos (incluyendo el equipaje de mano) por persona; por cada kilo extra se cobran 5 USD, con un máximo de 32 kilos.
Una vez has facturado las maletas, subes a un autobús que te llevará a la terminal de hidroaviones.
En la terminal de hidroaviones te llevarán a un lounge donde podrás esperar tu vuelo. Dependiendo del hotel, los lounges pueden ser compartidos por varios hoteles o ser privados. En ellos hay comida y bebida gratuita.
El encargado del hotel te acompaña al lounge y te informa que cuando el hidroavión esté listo, te pasarán a buscar. Las dos veces que hemos ido, siempre nos han dicho que esperáramos bastantes horas para salir hacia el hotel, y la verdad es que, luego venían a buscarnos mucho antes.
Una vez que vienen a buscarte, esperas unos minutos en otra sala antes de salir hacia el hidroavión.
Los asientos en el hidroavión se asignan por orden de llegada, con dos asientos juntos y uno separado por el pasillo. Son pequeños y tienen capacidad para unas 10-15 personas.
Puede sorprenderte que los pilotos vayan descalzos o con chanclas, pero es lo habitual allí.
Una vez despegas y estás arriba, es una experiencia increíble. Las vistas son impresionantes. Ver los diferentes atolones y el color del agua es una sensación que nunca voy a olvidar.
Nuestra experiencia en general fue buena y, sin lugar a dudas, si volviera y tuviera la posibilidad de coger un hidroavión, lo repetiría.
Hemos ido en hidroavión cuatro veces y, de esas cuatro, en tres no hemos tenido ningún problema.
La última vez no la disfrutamos porque el tiempo no acompañó. Se pasó todo el día lloviendo, y el hidroavión se fue retrasando hasta llegar a un punto en que casi perdimos el avión.
Creo que fue resultado de mala gestión, ya que, aunque en principio el hidroavión iba directo del hotel al aeropuerto, una vez en el aire, hizo una parada en otro resort para recoger a otras dos personas.
Cuando reservas con el hotel, tanto el hotel como la compañía de hidroaviones organizan por ti el hidroavión que debes coger, ya que ellos conocen el horario de salida de tu vuelo desde el aeropuerto de Malé. Sabían que si paraban, íbamos aún más justos para tomar el avión, pero se arriesgaron.
Fue un caos y tuvimos que ir corriendo por las dos terminales. Aunque nos acompañaron un responsable de Trans Maldivian y del hotel, cuando llegamos al check-in de Emirates, estaba cerrado. La mujer encargada parecía bastante enfadada con Trans Maldivian y dijo que no nos dejaban pasar, que siempre hacían lo mismo. Por suerte, después de unos minutos, pudimos pasar.
A pesar de esta mala experiencia, si tienes la oportunidad de volar en hidroavión, es una experiencia espectacular que vale la pena.
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