¡Nuestro primer día real en China! Empezamos por alguno de los lugares más imprescindibles que teníamos en nuestra lista. En nuestra ruta de un día visitamos la Ciudad Prohibida y la plaza Tiananmen. Fuimos al barrio de Qianmen y llegamos hasta la zona de los Templo del Cielo y el Mercado de las Perlas.
Nuestro hotel era el Prime Hotel Beijing y estaba a una media hora andando de la Ciudad Prohibida. Como nos gusta andar y ya tendríamos tiempo de coger el metro, comenzamos la mañana con nuestro primer paseo por la capital.
Cuando llegamos a la imponente Ciudad Prohibida nos dimos cuenta del control real que hay en el país. Mucha vigilancia además de muchas cámaras de seguridad. Y aunque llegamos a primera hora de la mañana ya había cola. Se tiene que pasar un control de seguridad y de pasaporte.
A pesar de la espera y los controles, pudimos acceder sin problemas y visitar la Ciudad Prohibida junto con sus jardines imperiales. El precio de la entrada es de unos 10€ por persona.
Nos encontramos con unos grandes complejo de edificios construidos durante las dinastías Ming y Qing. En esa época fue usado como palacio imperial. Tal como su nombre indica, en esos momentos, estaba completamente prohibido entrar si no eras el emperador, su familia y su corte.
Enfrente de la Ciudad Prohibida, está la Plaza de Tiananmén.
También había un control de acceso. En la plaza, está el mausoleo de Mao Zedong, donde el líder comunista y fundador de la República Popular China está embalsamado. Había una larga cola para entrar, nosotros no lo hicimos. Si quieres hacerlo, solo necesitas tu pasaporte y paciencia.
Esta plaza ha sido escenario de muchos eventos históricos, incluida la protesta y la masacre de 1989, en la que murieron a miles de personas. El ejército chino recibió la orden de dispersar a los manifestantes pacíficos que habían estado en la plaza durante semanas, resultando en miles de víctimas.
Al norte de la Ciudad Prohibida se encuentra el Parque de Jingshan. Las vistas a la Ciudad Prohibida desde allí son espectaculares. También llamado la Colina del Carbón, ofrece una perspectiva única que te permite ver la majestuosidad de la antigua ciudad imperial y sus alrededores.El precio de la entrada era de 2 yuanes.
Luego, nos fuimos hacia el Parque Beihai. Un parque con grandes jardines y con el lago Beihai donde puedes alquilar barcas para pasear. En el centro del parque, se encuentra la isla Qionghua y su Pagoda Blanca, un monumento budista de nueve pisos.
El Parque Beihai es muy popular para pasear y escapar del bullicio de la ciudad.
Al lado de la Plaza Tiananmen, hacia el sur, está el barrio de Qianmen, que fue nuestra siguiente parada. La puerta de Qianem da entrada a una zona comercial patonal con su calle principal, Qianmen Dajie, donde hay muchas tiendas y restaurantes. Además, en esta zona encontrarás hutongs. Los hutongs son calles estrechas que siguen manteniendo la esencia de la china más tradicional
A 40 minutos andando del sur de Qianmen, encontramos el Templo del Cielo. Si no quieres andar, puedes coger el metro hacia Tiantan Dongmen.
El Templo del Cielo es un complejo de templos y uno de los más importantes de China. Su característica es el edificio principal, una estructura circular con techo azul que simboliza el cielo y es conocida como el Salón de la Oración por la Buena Cosecha.
Muy cerca del Templo del Cielo, a la salida del recinto, hay el Mercado de las Perlas, también conocido como Mercado Hongqiao. Se trata de un centro comercial de cuatro pisos repleto de imitaciones, donde el regateo es una parte esencial de la compra. En la planta superior, hay una terraza con buenas vistas al Templo del Cielo.
Volvimos dirección a nuestro hotel y nos fuimos en Wangfujing Street, una de las calles más comerciales de la ciudad, llena de tiendas y grandes almacenes.
Además, en esa misma calle, hay una calle lateral llamada Wangfujing Snack Street donde en varios puestos, por la noche, hay «snacks» de escorpiones, grillos y otras comidas exóticas. Estaba lleno de gente, casi en fila para andar, el olor era fuerte y no fuimos lo suficiente valientes para provar ningún «snack». Aun así, es curioso de ver.
Ese día visitamos muchos de los lugares más representativos de Pekín. Para el día siguiente, teníamos planeado visitar los lugares que nos faltaban para poder obtener una visión general de la ciudad, como el Palacio de Verano, el Templo de los Lamas y la zona de la Campana y el Tambor.
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Conoce el segundo día de nuestra ruta de 3 días en Pekín, que incluye visitas al Palacio de Verano, Templo de las Lamas, Templo de Confucio, Torre del Tambor y la Campana. Sigue nuestro itinerario para descubrir estos lugares durante tu estancia en la capital china.
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